La participación electoral del PRD en Oaxaca un fiasco; contendió para perder
Por José Luis Ortega Pérez
Diario del Pueblo, Méx. (Debate Político).- En las pasadas elecciones de Oaxaca, los partidos políticos obtuvieron un rotundo rechazo del pueblo oaxaqueño, quien cansado de la partidocracia no acudió a la urnas y “escogió la organización y movilización desde abajo. Una ruta lenta pero, en las actuales circunstancias, la única eficaz”, nos comenta Luis Hernández Navarro, en su artículo “Oaxaca: ¡que se vayan todos! “(La Jornada: 14/08/2007).
Como siempre, Hernández Navarro, describe sin rodeos el fracaso electoral de todos los partidos, incluso del PRD, de quien dice, “hizo todo para perder y lo hizo muy bien”. La derrota electoral, subraya categórico, no fue responsabilidad de un movimiento popular que, mayoritariamente, vio con desconfianza los comicios.
Es importante destacar esta afirmación de Luis Hernández, porque bajo el argumento de que la APPO está totalmente disminuida y sin apoyo social, varios mal llamados “analistas políticos” responsabilizan del fracaso electoral a la lucha que el pueblo oaxaqueño ha venido librando en contra del gobernador Ulises Ruiz. Es más señalan la derrota electoral del PRD como una derrota del movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, como si fueran lo mismo.
Lo que no señalan estos voceros del “stato quo”, es el distanciamiento del PRD con las luchas sociales y el fuerte arraigo de una cultura antidemocrática en la selección de candidatos, que como señala atinadamente Luis Hernández, contienden para perder.
El PRD, escribe el articulista de La Jornada, “excluyó de sus listas a la mayoría de candidatos que provenían de las filas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). No obstante que en varios distritos existen fuertes organizaciones sociales con liderazgos reconocidos y arraigo, postuló a dirigentes de su partido prácticamente desconocidos. En algunos distritos, el sol azteca propuso como candidatos a figuras ligadas a Ulises Ruiz. Por supuesto, manejó las posiciones plurinominales como un botín de guerra, colocando en ellas, a pesar de su pésima reputación, a los barones del partido y amigos que los acompañan”. ¡Como carajos no iba a perder así la elección!
Además, el ambiente político en que se desarrollaron los comicios fue totalmente antidemocrático como bien indica Luis Hernández en su reseña, la cual nos ilustra la violación de los derechos humanos que impera en Oaxaca. Las elecciones, dice, “se efectuaron en medio de un clima de intimidación y terror gubernamental hacia la oposición popular. Muchos dirigentes sociales tuvieron que pasar a la clandestinidad o, cuando menos, salir del estado para no ser detenidos o agredidos físicamente. Otros, de plano están en la cárcel. En plena campaña se realizaron detenciones arbitrarias”.
También comenta que la estrategia de López Obrador “basada en recorrer pueblos y municipios, afiliar a personas al "gobierno legítimo" y denunciar la imposición presidencial, pero que se desentiende de la dinámica de lucha local y renuncia a facilitar la construcción de organizaciones sociales autónomas”, no le fue muy útil electoralmente al PRD.
No obstante, Luis Hernández reconoce que López Obrador cosechó en Oaxaca “muchas simpatías y efectuó reuniones más numerosas que las realizadas durante la campaña electoral” presidencial, pero señala que dichos mítines “no catalizaron la gestación de una fuerza alternativa”.
Por ello, urge que López Obrador replantee su estrategia, pues su movimiento tiene que ofrecer una alternativa organizativa que le permita al pueblo avanzar en sus luchas, a las cuales tiene que sumarse el PRD, si es que se quiere derrotar a la derecha por la vía electoral, porque el actuar de su partido en Oaxaca, y en otros estados, lo que está haciendo es dejarse ganar, y entonces el pueblo no obstante que se reivindique lopezobradorista escogerá formas de lucha no electorales que el presidente legítimo de México tendrá que encabezar para ser congruente con el mandato que le dio la Convención Nacional Democrática.
En pocas palabras o López Obrador empieza a organizar a su amplia base social y endereza a su partido o tendrá que fundar otro, porque como dicen en mi pueblo, con esos amigos (los perredistas que dicen estar de acuerdo con él pero que hacen todo lo contrario) para que quiere enemigos.
Pero regresando al excelente y objetivo artículo de Luis Hernández Navarro, te recomiendo que lo leas. Haz clic aquí.
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